El Estudio de Arquitectura de Enrique de Teresa plantea todo el proyecto desde un control dimensional y modular estricto, de tal manera que las definiciones de los diferentes usos, bien sean espacios de trabajo en laboratorios, talleres, aulas, despachos, como elementos de comunicación y aparcamientos, se vean sujetas a soluciones estandarizadas y generalizables.
Dos cuestiones aparte de su distribución funcional y su construcción racional, caracterizan el proyecto: una atañe a la concepción y la otra a la imagen expresiva En la primera de ellas, cada planta se divide en tres zonas: una crujía amplia que alberga los laboratorios y talleres; una espina central donde se ubican los núcleos de comunicaciones verticales, aseos y patinillos de instalaciones; y una tercera banda, que da a fachada, donde se sitúan las zonas de acceso, vestíbulo -que en planta baja puede abrirse al exterior- yáreas de estancia o de estudio, conectadas entre sí por una amplia escalera y vacíos, lo que convierte a esta crujía exterior en un espacio de utilización colectiva, expresión de la vitalidad del uso que en él se realiza.
Por otro lado, la propuesta busca una imagen unitaria en la concepción del “campus”, que será capaz de integrar los edificios existentes dentro de las prescripciones prevista en el Plan General para la Universidad de Giessen.