Arquitectura administrativa, social, viviendas, paisajismo…¿qué aporta a un estudio la diversidad programática?
Los arquitectos, por formación, estamos preparados para abordar programas muy diferentes porque en realidad no hay dos programas iguales. El lugar, el contexto, el presupuesto, el tiempo, el cliente en sí mismo, el usuario… hace que cada proyecto sea particular y único. Evidentemente existen similitudes entre proyectos con usos coincidentes, pero estudiamos cada emplazamiento, cada situación, cada requerimiento de modo exhaustivo, de forma que la solución siempre sea particular para cada caso. Lo más importante es el proceso: la reflexión, el método de trabajo, lo que es análogo en todos los proyectos. Un análisis previo del lugar, del programa, etc.., la búsqueda de soluciones adecuadas, la discusión de las mismas y la elección final, es lo que es común a todos los proyectos.
En cuanto a la disyuntiva edificación- paisaje, sí que existen diferencias específicas, puesto que la materia de punto de partida es radicalmente opuesta. Materia inerte-materia viva. Pero las sensaciones y reacciones que producen ambas facetas son siempre en las personas, y ahí es donde entramos. Intentamos provocar diferentes estados en nuestras intervenciones. También entendemos nuestras actuaciones como un todo: exterior- interior, espacio público-espacio privado, edificación-paisaje.
¿Qué es lo primero que analiza G& C Arquitectos cuando se enfrenta a un nuevo proyecto? ¿Qué valores debe tener un proyecto sostenible?
Lo primero que analizamos es el lugar del proyecto. El lugar donde se va a desarrollar la actuación. Este análisis comprende numerosos aspectos, desde detalles físicos (soleamiento, vientos, iluminación, topografía, vegetación existente, etc.) a datos históricos (evolución urbana, la historia propia del entorno, su patrimonio histórico…) .
El lugar siempre nos transmite las líneas de actuación a seguir. Un proyecto sostenible debe serlo desde su ideación. Las mejores soluciones sostenibles son las que se toman y se integran en el propio diseño y, además, resultan las más económicas.
Por tanto, un proyecto sostenible es aquel que respeta y se adecua al medio, de manera que, mediante un diseño bioclimático, resuelve con los menores recursos las exigencias programáticas, donde la idea está al servicio de su finalidad intrínseca, y teniendo en cuenta aspectos medioambientales, sociales y de eficiencia energética.