El proyecto tiene una condición doble, es una edificación que se integra en el Tiergarten, como un pabellón “suyo” que se funde con el medio natural del parque, pero lo hace sin renunciar a su condición arquitectónica, situándose en la estela de otras arquitecturas formidables que construyen los bordes del Tiergarten, como el Hansaviertel, la Phillarmoniem; la Neue Wache y la desplazada Siegeseule.
La propuesta atiende paradójicamente a las huellas profundas de las construcciones de su entorno -el Kanzlerei, el Reichstag y el Sowjetisches Ehrenmal Tiergarten- que exigen una intervención de arquitectura clara de lectura inmediata, pero al tiempo, también atiende a la condición mágica del Tiergarten que reclama una acción sutil, evasiva o difusa…