El “Cine” Góngora fue construido entre los años 1929 y 1932 por el arquitecto madrileño Luis Gutiérrez Soto. Convirtiéndose en uno de los teatros más importantes de la ciudad, siendo en la década de los 80 prácticamente único debido al cierre del Gran Teatro. En su sala, además de representaciones teatrales y cinematográficas, se celebraron conciertos, mítines y gran variedad de actos.
El edificio se encuentra ubicado en un vial del Centro Histórico, la calle de Jesús y María de Córdoba. Esta calle adquiere especial relevancia por aquel entonces al conectar la zona monumental de la Mezquita y Judería con el nuevo centro comercial de la ciudad, que gira en torno a la Plaza de las Tendillas, reformada y ampliada entre los años 1925 y 1930 por Félix Hernández. De hecho, cuando se realiza el cine, la calle apenas tenía dos metros entre fachadas, sabiendo Gutiérrez Soto que se realinearía arrastrada por el fenómeno «higienista» de la operación municipal. El solar corresponde a la iglesia del antiguo Convento de Jesús y María, la cual tras su exclaustración de 1836 se dedicó a teatro.
El edificio está compuesto por tres plantas en crujía de fachada. La planta baja estaba destinada a logia de acceso, con vano en tres arcos sobre columnas, taquillas, foyer y sala con capacidad para 700 butacas. En primera planta aparece el bar, el anfiteatro y los palcos. La inclinación del anfiteatro desdobla esta planta para acceder al nivel bajo del mismo o subir hasta el acceso superior con la situación de la cafetería. Por último, la planta tercera se destina a cabina de proyección, dependencias auxiliares y vivienda del conserje. En la cubierta se sitúa el cine de verano y el ambigú, mientras que las torres que flanquean la fachada albergan las cajas de escalera que registran todos los niveles del edificio, desde el foyer hasta el cine de verano.
La tradición andaluza de los cines de verano fue una constante a lo largo del siglo XX, llegando a haber en Córdoba más de una treintena de este tipo, siempre sobre solar con suelo de tierra de albero, transpirante y capaz de albergar plantas y flores aromáticas. En el cine Góngora, la oportunidad la vieron clara, tanto promotor como arquitecto para aportar esta tipología a la cubierta del edificio, que contrarresta la transpiración del suelo con la brisa dominante al situarse en altura por encima de las casas adyacentes. Las proyecciones al aire libre cobraron inmediatamente gran popularidad. En este sentido, la terraza de este establecimiento era quizás el cine de verano más “educado”, por lo silencioso, de la época, así como uno de los más modernos de la ciudad, pudiéndose acceder a él en ascensor o por las escaleras.
La fecha del proyecto es de 1929, combinando, el autor, el lenguaje regionalista andaluz de la fachada, con la finalidad de integrarse más fácilmente en su entorno, con el lenguaje racionalista y art-decó, aspectos estos últimos que también lleva a la decoración del interior. Aunque se proyecta como cine, figura un foso para orquesta. Un segundo proyecto, definitivo, lo redacta en 1930.
Tras varios años de abandono, el Edificio Góngora, llamado en sus primeros tiempos Cinema Pathé, y que fue promovido por Miguel Fresneda, pasó a manos del Ayuntamiento de Córdoba en 2004. Con esta acción, y siendo bastante notable el estado de deterioro en el que se encontraba, se vislumbró la necesidad de realizar una urgente intervención que pusiera en valor un edificio tan importante en la vida cultural cordobesa del siglo XX y que se encuentra incluido en el Conjunto Histórico de Córdoba protegido, además, como Bien de Interés Cultural.